Cada despertar, es los rincones
más profundos, se despereza alegre la
rosa que crece en tus dominios…abre sus
pétalos comprimidos en su sépalo verde fresco, erguida en el tallo vivo,
desprende el aroma que envuelve tu encanto divino, haciéndote un poco más
diosa, quitando las escamas profanas de la mujer que alimenta las noches con
sus amargas lágrimas.
Cada gota de rocío es un verbo
consagrado, que refresca en los abismos el alivio inmaculado del color limpio, desenmascarado, el que está formado por todos los visos
primarios… y va naciendo despacio una mirada diferente, que sin hallar luz ni sombras, es fértil…preñando con su alcance
todo aquello que regalas, sensaciones y motivos, que impregnan las ventanas de
dos fanales movidos por el desenfreno de recoger cada segundo vivido.
Y aun nacida en lo recóndito,
bajo mil capas de suspiros, de alba sin mañana, de oscuridad sin sentido...revienta cada día atesorado la promesa. Aprecias como emana
una brisa serena, delicada…como un lamento, que te dice muy bajito…nunca
me veras sin sol, por más telas que le pongas al cielo.
*Rocío
Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
un poema recordable!
ResponderEliminarmuy bueno, saludos
Mil gracias Omar...siempre tan amable con tu presencia...besos.
ResponderEliminar