martes, 7 de abril de 2015

ESTOY DEMASIADO CABREADA PARA ESCRIBIR…

                           VS

No entiendo este mundo. No concibo en que inframundo me muevo. Estoy hasta las narices de ver, de leer, de escuchar a tanto payaso, a tanto idiota y a tanto tocapelotas. Me da vergüenza pertenecer a este sistema, donde por narices tengo que vivir.  Palabras y más palabras que no van a ninguna parte. Dictaduras escondidas detrás de democracias. Políticos robando a manos llenas y no pasa nada. Yerno de altezas tocándose los cojones, muerto de risa viviendo a cuerpo de rey, contra pobres hombres que están entre rejas por robar para que su familia pueda comer. O pagando multas por sacar basura de los contenedores para alimentar a sus hijos. Humanos hinchados a trabajar para verse en la pura miseria mientras que gobernantes retirados siguen cobrando pagas vitalicias de escándalo y encima están asesorando y embolsándose millones  para seguir robando al pobre. Porque joder, hay que tener un par para pagar la puñetera factura de la luz. Como si fueran ellos los que nos alumbran cada día pedaleando como locos para generar esa energía.   
Muertes solapadas por un programa de mierda donde se deja ver el analfabetismo, lo barriobajero, la despreocupación de un país. Haciendo apología de la mala educación, de la falta de valores y de una incultura que clama al cielo. ¿Hablamos del Ébola? ¿De los ciento cuarenta y ocho estudiantes asesinados en Kenia?... ¿a nosotros eso que porras nos importa? Nosotros, los de los países desarrollados, no tenemos tiempo para esas memeces. Tenemos tiempo para denunciar la pesca del besugo llenando las redes sociales de foticos y, tenemos tiempo para denunciar las pulgas de los perros, coño, que lo pasan fatal rascándose con la patica detrás de las orejas. Somos hasta capaces de reclamarle al gobierno que extermine a las pulgas.  También, cómo no, para poner a caldo a todos esos boca chanclas que salen a la calle a escupirte en la cara lo hipócrita que eres. Pero para lo demás, para eso, no. África no es nuestro problema…Nuestro problema es un programa de televisión donde nos dejamos un dinerito votando por un móvil para hacer ganador a un gilipollas… ¿a que sí? Que el Ébola siga matando a miles y miles de seres humanos, eso nos importa un huevo. No miramos a África, allí hace demasiado calor y hay leones, joé. ¿Qué han asesinado a ciento cuarenta y ocho estudiantes? Algo habrán hecho seguro…Además son negros.
Que las religiones tendrían que estar abolidas por decreto ley. Sí, pero siempre saldrá la voz de una cantarina o cantarín diciendo: oye tía, no te metas con mis creencias que te “fostio”. Eso sí, me fostias comiéndote un pastel de carne en viernes santo y una cervecita bien fresca mientras pasa las andas del Cristo, que por cierto ni has mirado y esquivas con cara de asco al indigente que te acaba de pedir una limosna para cenar... ¿Cierto? Si de nuevo apareciese Jesucristo, lo volveríamos a matar, pero esta vez si cabe con más crueldad, no vaya a ser que se reviva al tercer día y la liemos. O mejor te inmolas y te llevas por delante a miles de personas para que te hagan compañía en el paraíso prometido. Así, con un par, por la causa...
Nos encanta el postureo… y aplaudir hasta hacernos sangre en las manos a una panda de   Chonis poligoneras bacaladeras sin estudios ganando un pastón, mientras que en los laboratorios se rompen los cuernos con cuatro perras prestadas para hacer avanzar a la ciencia y curar enfermedades. Justificando con la boca llena de gusanos, que una cosa es el gobierno y otra las empresas privadas. Me toca a mi las narices los 65.000 semanales que ha ganado la princesa de la incultura supina, coño. Portadas de revistas llenas hasta las trancas de esos personajes y, un recuadro en un margen que casi no se puede ver de los recortes en sanidad y educación. Gente muriendo, literalmente, en los pasillos de un hospital porque han tenido que cerrar plantas enteras por falta de personal y servicio.
Médicos, enfermeras, abogados, albañiles, fontaneros, panaderos y miles de oficios más engrosando las listas del paro o, trabajando detrás de una barra de bar para que una analfabeta del tres al cuarto que lo único que ha hecho en su vida es vivir a costa de…tenga los bolsillos llenos. Empresarios en la ruina, bancos haciéndote sangrar todos los días y contratando a esos gabinetes jurídicos con pinta de hampa. Amenazas y malas artes hasta hacer que más de uno salte por el balcón.  Y que ésta España a la cual pertenezco no haga nada…me avergüenzo de vivir en este país y en este mundo sin valores. Dónde lo único que importa somos nosotros mismos, no el global. Egos henchidos hasta reventar. Y personajillos con ansias de poder tocando las pelotas todos los días.
Señoras y señores con los alimentos que se generan en todo el norte del mundo, se puede alimentar a todo el sur.
Con los que se gastaron los tres países en traer por derecho a sus compatriotas de África, ampliar la zona operativa para paliar en lo posible esa enfermedad. Contra más manos ayuden más posibilidades de salir adelante. No olvidarlos a su suerte como han y hemos hecho.
Con lo que ha ganado la dichosa princesa del populacho desde que salió a la palestra, abrir  plantas en los hospitales.
Con las pagas vitalicias de los ex gobernantes: conseguir que esas plantas sigan abiertas.
Con lo que el gobierno le da a los bancos, ayudar al empresario, que por cierto es el primer generador de trabajo. Y los gabinetes juridicos llenos de mafiosos, esos sí, al paro.
Con lo que se gastan los creyentes en las procesiones: alimentar a todo aquél que duerma en la calle.
Con las velas que iluminan al santo, iluminar las casas de los que han perdido todo. Y con los ropajes de oropeles de santos y obispos...cubrir los cuerpos que pasan frío.
¿Suena a utopía? ¿Sí?..Pues no lo es.
Lo que pasa es que mola mazo que nada nos salpique y, yo estoy demasiado cabreada para escribir…
Dejad de miraros el ombligo y mirad donde hay que mirad…hoy es de nuevo África. Ni Alemania, ni Grecia, ni mucho menos la rana clonada de la Esteban. Kenia y una masacre que pone los pelos de punta. Pelos, sí, pelos...no vello. Pelos…


*Rocío Pérez Crespo*

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