Tarde de soles de estío, bajo el
naranjo, la mirada perdida busca camino…un horizonte donde hallar esos recuerdos sencillos.
Aquellas manos que apretaban mi cintura, esos ojos miel profundos…unas palabras llena de
sentido, una forma de conocerme sin avisos.
Te echo tanto de menos ¡tanto!
Que busco esos espacios entre la tierra y el cielo para sofocar espantos…y
aunque llego siempre tarde porque la distancia es infinita, me gusta sentarme
para encontrarte en las profundidades de estos malogrados sesos, que hacen
brotar agua por unos fanales inquietos y,
así, voy recorriendo tu cara para
experimentar de nuevo que estoy en casa.
Recuerdos, sencillos recuerdos
que me hacen más humana…
Me borra lo impío que el destino
ha dejado como calco en mis entrañas… de pronto regresa la fe y la esperanza…y
hasta me permito soñar despierta con la magia de las hadas. Me torno pequeña,
soy aquella niña que reía con ganas.
Sé, que no durará mucho tiempo,
pero los instantes que se hacen presos me devuelven las alas que perdí una
tarde entre el anhelo y la promesa de
una libertad enigmática.
Panegirista seré siempre ante tu
estampa…besaré tus pies, bendeciré tu alma, entre estos sencillos recuerdos que
me calman y la indómita severidad que me ensalza.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
En mi pensamiento siempre tú…
Rosa Paoli Fossi, mi abuela. La raíz más profunda que me enseñó a soñar.
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