miércoles, 21 de diciembre de 2011

EFIMERA LINEA DE TIEMPO…



Es increíble lo que cambia todo ante mis ojos.
Abismal, profundo y tremendamente frío, una mano que recorre los huesos hasta dejarlos secos. Aprendo que una llanura no tiene horizonte, aunque mis ojos quieran delimitar la línea que separa el cielo de la tierra. Por más que avanzo, siempre yerro.
No hay nada, no soy nada.
Las sendas son polvorientas, los árboles dejaron de dar fruto…tengo el corazón como una pasa, seco, arrugado, desnutrido. Y oteo a todos lados, me como los flancos intentando hallarte en un espejismo de sueño y lava que rompe, escupe, quema y mata.
Qué más da si el aire ha cambiado de temperatura, si lo que huelo es puro hielo, si lo que siento es un hueco, profundo, oscuro y lleno de agujeros por donde se escapa el oxigeno y hierve la sangre sin pensamientos.
Recuerdo tu rostro…totalmente bello, sedoso, brillante, esculpiendo un cielo con tus besos.
Y ahora… ¡ahora!... ¡ay! que más da el ahora.
Si me nutro de un pretérito y de una incauta quimera impía, que enardece el consciente y me deja paralizado, infausto y amargo ante la irreverente realidad…
Tahúr ante la derrota y con una sola verdad que me acompaña en esta asquerosa pretensión de volver a mirar esa cara que me enamoró…
Ya no veo nada…sólo distingo en mis sesos el color pétreo de los muertos.


*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*

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