Marcando sensaciones, en lo más profundo de mí
ser
Cruel tarde de otoño, por ser tan corta,
efímera
Pasan las horas, en minutos de sueños
Ojos fijos disimulados, bocas abiertas
expectantes
De un sentimiento puro, a flor de piel…
Viviendo los momentos, todos buenos
Enumerando de uno en uno, los latidos
De dos corazones, música ardiente silenciosa
Deleite acompasado de un amor real
Es la noche tranquila, fiel de mil lunas
De una sola estrella, la bendición
Escuchada en plaza visitada, de unos anhelos
Ayer escondidos en la oscura soledad
Y el día se hizo, en noche estrellada,
Sonrisas cómplices de dos niños
En su juego intimo y secreto
Rebosantes en calidez, de vivencias
conseguidas
No hubo nada extraordinario y, estaba el todo
No hubo regalos y estaba el mimo
Estaba tu sonrisa que yo bebía, desbordado
En felicidad y, tu me abrazabas con la mirada
Enamorada, entregada…
Pasaron las horas, los minutos de sueños
Se desvanecieron, en esta mañana que lleva tu
nombre
Han quedado los momentos y, esos recuerdos
Que guardaremos como eternos…
*José Manuel Salinas*
D.R.
Esteeee !Qué buen poema, me encantó. Abrazos
ResponderEliminarEnhorabuena Jose Manuel por este bellisimo y delicado poema de amor, donde los versos van abriendo mundos llenos de espacios para la ternura. Felicidades.
ResponderEliminarCálidas sonrisas