A veces, en el silencio de la
noche, un simple pensamiento me hiere. Un hecho me tortura y una certeza me
vence.
A ratos, sé que dejas de amarme y
las palabras se convienen en espadas frías que donde alcanzan rasgan, hunden y
no previenen.
En esos momentos se cargan de
fantasmas el orbe de mi mente, de dolores pasados, de una lágrima silente…y,
empieza la comparativa de dos mundos duales, donde el amor no vale un centavo y
los sueños se pagan con sangre.
De vez en cuando siento como si
el corazón se encogiese y así se queda unos minutos, ahogándome. Entonces
siento miedo y una angustia infinita, la piel se me hiela y los ojos me arden.
Hay lugares donde soy eterna,
donde unas manos recorren mi cuerpo, donde unos labios besan mi boca, donde un
alma se entrega a la victoria…allí el reloj no marca el tiempo porque lo hacen
los sentimientos que nacen de las rosas; y sitios donde soy etérea, no me ven,
mi presencia no cuenta. Soy una nube de humo que se disuelve con la
aurora… Y tanto unos como otros albergan
la misma esencia, el mismo vocablo y la misma guerra…la misma lucha
polivalente. La rancia derrota que subyuga las ganas y seca las tripas, dejando
escapar las mariposas que cobijan la ilusión de toda una vida…
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos Reservados*
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