Estabas perenne por decir…dueña mía
Aquel día se hizo sol, mi cuerpo ardía
Felicidad, color y alegría… todo y más
Cuando mi corazón te desterró, no te quería
Has venido, no te esperaba… de nuevo
Dócil, sigilosa has entrado,
Aprovechada de mi oscuridad, hambrienta
Sin ser noche cerrada, ni luna
No preguntas en mi necesidad,
Te adhieres a
mi piel agrietada y porosa
Dulce fragancia absorbida con desespero
Como agua fresca de boca sedienta
Silenciosa de mí silencio, yo sin negarte
Dueña de mi corazón te haces, yo queriendo
Lazos que no se ven, de nudos férreos
Visitante de viejas costuras, en traje nuevo
Ventosas invisibles, pegadas al alma
Tentáculos de aguijones fieros, listos en
veneno
Inyectando pena, dolor y desespero
Te has instalado… en mi traje nuevo
AMARGURA
José Manuel Salinas
D.R.
Muy bueno amigo mío.
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