viernes, 30 de septiembre de 2011

CUANDO SE TIENE...

 
                                                                    
Edvard Munch El grito


Son pasos que se van acercando en sutil desafío, contoneando sus talones sobre el desgastado granito. Un desespero que brota en inesperada respuesta ante el escalofrío que azota la espalda expuesta, trocando tranquilidad por zozobra, dejando un sudor frío en la alcoba, unas manchas de agua que despiertan temblorosas.
Unas manos se agitan, unos ojos se entornan, una boca se cierra…el cuerpo se agarrota.
Mil sombras se ciernen expectante, rodeando el vital espacio que cobijas…la desesperación marca su entrada, la valentía su huida.
¿Quién eres?...preguntas asustada.
Y el silencio te llega con el rugido de la nada, es un hueco negro abierto como alianzas que van dejando círculos de miedo en su silente bocanada…te traga. Merma lo poco que aguanta, las miradas ofuscadas y la osamenta descarada asiendo tu garganta…vómitos de una mezcolanza que se quedan prisioneros en la traquea, ahogándote despacio y creando telarañas que no te dejan ver la luz de la alborada…revientan las entrañas en dolores de hambres, se retuercen los colores que forman tu mente, todo es bruno… sin calma.
Y entonces aparece la respuesta envuelta en fantasmas, la más temida, la menos lograda, esa que escuece…la que no se espanta por más jaculatorias inventadas.
Soy tú conciencia hablándote a la cara.


*Rocío Pérez Crespo*
Derechos Reservados

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