Duermo con sueños y sin sueños, y
en los dos estados: sueño.
Se cierran mis ojos y no veo, y
con la claridad más pura, te contemplo.
Omito las palabras y hago silencios,
y el hueco se rellena de hermosa fiesta, con dulces baladas, regueros de vino
añejo y una falsa esperanza.
Bailo y estoy parada, entre las
olas de un mar que no existe, mantengo el equilibrio sobre mis punteras
gastadas.
Amo y, dejo de amar para volver a amar cada madrugada. Entre el amor del ayer y el de mañana, enciendo la luz del
sol y apago la de la luna plata.
Soy y olvido ser, para llegar a ser una línea en el
horizonte, tan efímera como un suspiro, tan ilusoria como un deseo…
Me quedo y me voy…
Y así, entre blancos y negros, vivo y muero, crezco y mermo, subo y bajo,
existo y desaparezco…
Sigo siendo.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
Una preciosura, Rocío! Gracias, poeta!
ResponderEliminarGracias infinitas a ti, Carlos. Besos.
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