Nos vemos en palabras que no se
pronuncian, en las miradas ciegas, en los ecos mecidos por el viento que llevan
y traen nuestros nombres con sabores de unión.
Te pienso, te beso, te hago el amor…
Me llegas, me acaricias, me haces
vibrar.
Tú, mi luna, que en las noches de
aguas me acurruco en tu pecho intentando apartar el miedo de perder mi
estrella, acompañas el suspiro que sale helado con el suave sonido de tu
palpitar.
Allá donde estés me encuentro,
entre brumas blancas y estelas reflejadas en el mar: aparezco.
Donde habito mora tu estampa y tu
latido. Tu olor, tus ojos, tus sentidos…el mismo centro de mi equilibrio. Te
miro.
Te veo hasta con los ojos
abiertos, me observas desde el infinito cerrado de nebulosas y, comprendo.
Te amo, me amas…somos, estamos,
nos sabemos.
No te aplazo. No renuncio.
Te espero.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
Que maravilla Rocío, me has estremecido. Eres poeta y cirujano del alma. Tu obra me llega a lo más profundo de mi historia... Gracias preciosa por escribir así!!! Un beso, Paty
ResponderEliminarMuchas gracias Paty, ha sido un comentario precioso, que lo sepas...un beso.
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