Me cansé de tus silencios, de tu
arrogancia, de tus escarceo…Me cansé de pisar charcos secos en una playa llena
de recuerdos muertos, de sueños navegando en barquitos de papel que se empapan
de promesas salitres deshaciendo sus
velas.
No roza mi mano el pecho esclavo,
ni moja la saliva el beso jerárquico, solo
impugna el argumento nacido de tus labios; que lame y retuerce el deseo
desecado, que va cayendo como escamas a un suelo de blanco mármol donde
nunca pondré los pies descalzos.
Ya no hay muerte ni lágrima, ni
espuma de rabia brotando del estómago e inundado con su agria efervescencia el
orden que la razón obliga a la razón.
Ya no queda ni un atibo de
ternura cuando pronuncio tu nombre, ni las huellas de tus pasos sobre mis talones
imponen rumbo y brújula. El viento ha borrado la senda y las agujas se quedan
quietas, bajo un cristal empañado por el sudor.
No te sigo, no te siento. Estoy…
Se desdoblan las esquinas, el mar
es del color que proyecta el cielo, por
fin, veo la luz del sol.
¡Claro que sí!, hay que ver, percibir, la luz, el calor del sol que nos arropa cada día. Todos los pasos de tu vida te llevan a tí, a la búsqueda de tí misma y te hacen más auténtica y más fuerte. Te admiro porque has sabido enfrentar tus tempestades.
ResponderEliminarUn beso grande, querida amiga.
Ainssssssss...han sido tempestades, dos o tres huracanes, un sunami, varios ciclones, un maremoto y creo que diez volcanes en erupción, escupiendo lava y piedra incandescente...jajajajajja...y sigo vivaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Debe ser que soy una arquera por defecto y una guerrera por obligación...jajajajajja....mil besos, guapísima y, mil gracias por todo.
ResponderEliminarOyeeee, que ya me conoces, ahora estoy en plena batalla con varios frentes fríos...pero la calma me cederá su tibio calor y me tumbare a tomar el sol.