Rompes las cadenas. Me uno a tu
esfuerzo liberando el tiempo de silencio que compone mi yo universal. De tu
voz, cálida y profunda, brotan como regueros de tinta un canto a la esperanza.
Sin ser y siendo, si buscar y encontrando, sin mostrar y revelando, camino prendida
de tu cinturón sin nudos que me aten a la vida.
Despliegas mis alas con la
ternura de las plumas, das color a mis pupilas sintiendo como nace en las
miradas la esclava brisa que abanica. Abriendo
un claro en la floresta que me permite ver tu rostro, no esquivo al destino, más
bien lo atrapo y, a ritmo de jazz bailo tatareando tu nombre en mis adentros,
dejando mi fe en tus manos….
*Rocío Pérez Crespo*
Bellísima prosa, Rocío, emotiva y cálida. La sensibilidad y la poesía te acompañan, amiga.
ResponderEliminarFelicidades.
Un beso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminaruna genialidad!
ResponderEliminarsaludos