La última vez, fue ayer, cuando
tus besos cubrieron mi cuerpo y tu lengua jugó con la mía, parando el tiempo en
las aristas de una sola razón.
Ayer, entre estallidos de
alborada entrando por la ventana fuiste capaz de licuar mis fantasmas,
proyectando tu fe en mi almohada.
El temor se lo quedó una huera
noche después de mil batallas que dejaron mis entrañas cubiertas de llagas y un
algo parecido a la insensatez. Millones de preguntas, vidas al descubierto,
pecados inconfesables…tus ojos en mis pechos, mi garganta seca muerta de miedo.
No podía ser…Yo siempre soñé con
un príncipe encantado, que al besarlo se quedará con su porte sin volverse
sapo. No con la princesa de un cuento estancado, que entre sus faldas llevase cosidas todos mis anhelos y en su voz, mi llanto.
Fue ayer, la primera vez que noté la sinceridad de unas manos cargadas
de ternura
acariciando mi piel; la claridad en la mirada, el corazón latiendo
al ritmo de tu piel,
gritando de dicha mientras repetía una y otra vez, el nombre de una
mujer.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
A veces, la vida te regala aquello que has soñado durante toda una existencia; pero en otro frasco, con otra esencia. De valientes es admitir y agarrar aquello que tanto has querido.
Dedicada a vosotras, mis amigas, valientes, luchadoras, guerreras y sobre todo...mujeres.
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