Me llueves.
Empapas mis ganas, enervando el deseo de robarte la suave esencia que desprendes o, el roce nácar de tus manos
cuando acaricias al viento.
En tus ojos encuentro la profunda paz que necesito y, en el jadeo de
tu cuerpo, el color que se mezcla irreverente con el mío.
Pura paleta en manos de un dios
menor llamado, destino.
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
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