No seré yo quién rompa el estado
vital que me da ternura, ni quién desvista al color turquesa del azul que
compone su viso. Me quedaré mirando ese horizonte, a veces infinito, esperando
que el destino concluya las hojas de este libro. Un cuaderno basado en
supuestos e intuiciones, en claves ambiguas, en señales sin señales, en pozos
de aguas tranquilas, en fieros huracanes que revitalizan mi vida.
Agua de lluvias frías que chocan
sin poder remediarlo con la calidez perenne de tu sonrisa.
No, me sentaré en el regazo de la
luna, sin ser yo y siendo esencia misma. Abriré un día más la puerta
cochambrosa que chirría, para respirar desde las alturas, la salubridad que me
brindas y, poder secar con tu aire fresco la carcoma que se traga la nobleza de
mi cuerpo.
Ni tan siquiera presumo, de que
una sola línea, vaya dirigida hacia los
portales donde los silencios gritan…
*Rocío Pérez Crespo*
*Derechos reservados*
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