La humedad moja los huesos en ésta
mañana sombría dejando la mente dispersa, solapando con un mundo irreal la
realidad profunda.
Regreso…
Y sé que no caben huellas de viejas travesías que
reconforten lo perdido y lo no encontrado, sabiendo que ni yo podré salvarme de
esta maraña gris que envuelve y abraza y quema y mata, entiendo lo acabado como
un triunfo incomprendido que acomodo en un lugar recóndito para no echar de más
la espina que se clava.
Un paseo de golondrinas, osadas
con su libertad, deja un halo de posibles al pasar por la ventana y, es ahí, donde
encuentro el punto de inflexión que levanta la vista del suelo y recobra el
sentido.
Me pierdo, sabiendo que encontraré
esa luz que acabará amparándome…
*Rocío Pérez Crespo*
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