jueves, 8 de agosto de 2013

UN UNIVERSO DE SOLEDAD…




Me acuné en tus versos, mimando cada palabra con caricias de algodón, rompiendo esquemas que eran quebrantos en el alma, partiendo en dos el liviano sonido de la voz. Y tú, encaprichado del verbo fácil, insinuante composición, pateas de forma tajante los bellos cantos que te salen del corazón.
No es necesario correr tanto, ni delante ni detrás de la musa que te embelesa con toques de tambor…Lo justo es dejar la letra impresa con la misma constancia que tu pluma te enseñó.
Será que la primavera dura solo un segundo o, quizá, que los cerezos no dan el suficiente sabor. Buscando en otros valles aquellos gratos instantes de luz de sol, revientas las margaritas que te sirvieron de colchón. Ahora, si miras al cielo te darás cuenta que no tiene color, que la bruma se ha tragado a la luna dejando una estela de dolor.
Te di la mano, acompañé tus pasos, escuché al mar bravo romper contra el atolón…soporté huracanes, los siete vientos y también tu provocación. Pero seguí adelante, marcando errante el tiempo de los dos…Hasta que al final, un trozo de mi piel se quedó en tus versos, una ternura dormida en el  viejo saxofón. Y mis ojos, cansados de mirar insolentes quimeras, se cierran voluntarios  ante un universo de soledad.  


*Rocío Pérez Crespo*



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