Deja de devorarme, siento tus
dientes en mis huesos y, duele. Duele la distancia, agota la imaginación,
incluso el deseo de tenerte.
No me devores, solo ámame.
Envuélveme con ternura, deja que
salga mi ser más primitivo para luego arropar mi ombligo con dedos de puras
caricias.
Si acaso queda un lugar en el
mundo desprovisto de amarguras, allí estaré…entre tu azul y mi verde, esperando
un respiro, alimentando a la esperanza, sintiendo tu boca desgarrando mis músculos
en metáforas, en señales, en cometas doradas perdiéndose con caricias de viento llenas hasta las trancas de versos y besos,
No me rescates…acércate ¡ven!
Mira con mis ojos, siente con mi piel, acumúlame en tus entrañas: reinvéntame.
No me devores, amor, mímame.
Sabes que te espero…
.
*Rocío Pérez Crespo*.
FELICIDADES EN EL DIA DE TU SANTO, GUAPISIMA.
ResponderEliminarLa prosa una delicia, asi se dice con devocion.
besos enormes desde esta yecla airosa, pon en toutube tu cancion
la misa rociera, te la dedicoooooo.
te quiero mucho
Halaaaaaaa que alegría me has dado, joe.
ResponderEliminarMuchas gracias tesoro, ahora mismo me la pongo con tu dedicación, es más...mira, la voy a poner en el blog...te hace?
Un beso enorme, grande, grande...a ver si voy y nos tomamos un café y charlamos hasta reventar...jajajjajaajaj, cosa que nos encanta a las dos.
Los pelicos como escarpias, nenica....como escarpias...jajajajajajajaajja.
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