Libo de tu pubis sueños
inconfesos, sibilinas efervescencias que preñan los deseos transformando a la
razón en una prosaica dependencia. No hay
límite para saciar el hambre que se agolpa en los huesos, enervando el conocimiento
hasta tallar con la lengua tu bendito cuerpo.
La capacidad se agranda
regresando a un pretérito salvaje, inhabilitando a la cordura…
Rasgo los velos
que nos tapan dejando ante el mundo dos entes vivos de gracia y, en tu espalda, la huella de mis manos acercándote con más
vehemencia a mi boca, sangra gota a gota hasta vaciar tu alma.
Grita el silencio en mi garganta
y de la tuya, un gemido doloroso, seca el aire y exclama…
*Rocío Pérez Crespo*
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