jueves, 5 de abril de 2018

TIEMPO...


Como un anacoreta, lego con la tierra, bajo el manto negro que te sostiene; mis ojos se pierden en las profundidades de los realces entre un pasado soñador  y un  presente con sabor arcaico. Neblinas que me recubren de aires gastados.
Sabiendo que el légamo cubre la parte de tu orilla; te encaramas altanero y desafiante sin importar el peso del tiempo, sin reproches. Serenamente estás.
De cómo te puedas ver con la claridad del alba, a como te veo yo cada mañana…o en esta noche de negada luna, al otro lado del reborde, dejas tu impronta en la laguna desdoblándote en el horizonte.
Y no puedo emitir palabra, solo recordar tu nombre. Mientras, oteo entre la espesura  las delicadas figuras de lo que  fue y lo que es, en un vetusto ímpetu de viento que sigue oliendo  a diamelas;  me sumerjo en el silencio del crepúsculo  más cerrado, ante el  marco de viejo adobe, del tiempo estancado…te saludo.




*Rocío Pérez Crespo* 

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