Ahora toca romper el espejo,
retirar los cristales aunque sangren las manos.
Y de paso, abrir las ventanas de este desván
para que el aire se recicle y elimine cualquier
partícula de ese tiempo pasado.
Ahora toca mirar el futuro sin reglas,
Sin importarme de que color pinta el cielo.
Si llueve o si nieva, sin hay un sol profano o
una luna siniestra…
Porque hoy soy yo la que vale,
la que piensa, la que hace. La que mueve
las caderas, la que escupe al fariseo,
la que entiende la mentira, y enarbola las verdades.
Y todo eso con un par de lecciones.
Una la impartieron mil almas histéricas de condiciones
sobrantes.
Que por un lado apuñalan sin piedad y por el otro recogen la
sangre,
Tanto tienes tanto vales…
Y la otra, la otra me la diste tú, vibrante vida.
Hasta hacerme comprender que al hipócrita le
gusta la hipocresía, como al imbécil los idiotas renovables.
Amigo de todos, amigo de nadie…
*Rocío Pérez Crespo*
una dura lección, envuelta en versos
ResponderEliminar¡bien hecho!
saludos
Hola Omar...alegría, alegría. Gracias por tus palabras y sobre todo, por tu presencia. Besos.
ResponderEliminarPrecioso
ResponderEliminarGracias Antonia...Un beso.
ResponderEliminarVerdades como esquirlas, y qué bien dichas de tu mano, Ro. Un beso muy fuerte.
ResponderEliminarMe alegra que te guste. Otro besososoteeeee
ResponderEliminar