Acumúlame en tu recuerdo y déjame
en un rincón, en algún lugar que no ocupe espacio, igual que el humo de una
quimera que acaricia tu reposo. Sin prisa, suave, sin techo ni escalera…, sin
ventanas abiertas por donde pueda filtrarme.
Envuélveme en el secreto que ni
tu mismo conoces. En los pasados, en los presentes, en los llantos de acordes.
En la lluvia, en la niebla, en las luces rasgadas de tu mente.
Hazme nacer todas las noches,
para que luzca soberbia en el silencio, la exquisita capacidad de amarme…
*Rocío Pérez Crespo*
Tu prosa sabe a fruta fresca, dulce y profunda, como tú. Besos muchos, querida amiga.
ResponderEliminarGracias guapisima. Hoy ha sido un día de alegrías con "tus presencias".
ResponderEliminarUn beso enorme.
Y a pan caliente...Precioso, Rocío.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte.
Muchas gracias, Juana...tu voz se escucha. Un beso.
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