miércoles, 9 de diciembre de 2015

POR ESO…



No dejaré morir la luz y sus momentos, ni siquiera acercaré la llama para que arda el verso, que pegado a las corolas blancas, pariste entre el ocaso y la alborada en una primavera cualquiera.
No se ha secado el verde de mi bosque, ni el azul del cielo se ha vuelto finito…para mi, todo está en ese punto y seguido, donde  permanece oculta la raíz del sauce como una quimera que invita a entornar los ojos, y deja  el regusto dulce del céfiro nómada besando mi espalda.
Por eso, siempre que reinvento los motivos para quedarme un poquito más, solo acierto a sonreír, porque tu recuerdo después de todos estos años se convierte en mi fe y, tu cuerpo, en el templo donde bebo el alcohol sagrado.
Así, con trocitos de ti no cabe en mi mirada la mirada de nadie, excepto  la tuya…




*Rocío Pérez Crespo*