martes, 1 de abril de 2014

RENACER...





Presiento la prisa de dos corazones que sanan su herida con un beso secreto, perdiéndose locos con el viento, trazando horizontes olvidados en las líneas difusas de sus cuerpos.
Se me pega la ilusión en las venas formando círculos vehementes, que chocan y revientan como globos de agua  lloviendo frescura.
Me  llueves, amor ¡cómo me llueves!…
Y puede que me catapulte contra tu pecho, en un sanguíneo estallido de deseo, que me escape por la ranura del espejo y caiga a tus pies llenos de flores.
O que al  despuntar la mañana, entre las blancas corolas de mi lecho, seas tú  el que pierda el norte para despertar insaciable sobre mis senos.
Sea como fuere quiero seguir  sintiendo, amor, tu lluvia empapando mi pelo…



*Rocío Pérez Crespo*